viernes, 7 de mayo de 2010

LAS ACTITUDES

El desarrollo de la inteligencia depende:
- De las aptitudes personales;
- de los conocimientos y técnicas; 
- de las motivaciones; 
- de los proyectos;
- de las actitudes. 
Estas últimas vienen a ser unas disposiciones estables, de naturaleza mental y afectiva, que hacen afrontar la realidad de una manera positiva o negativa. Con actitudes positivas, los chicos se comen el mundo; con actitudes negativas, el pensar es cansino, el actuar mediocre. 
La familia, la escuela y el medio social son los tres marcos de referencia configuradores de las actitudes. El primero es, sin embargo, decisivo. Normalmente, las actitudes de los hijos son un reflejo de las de los padres. 
Veamos algunas actitudes, en relación al pensar:
ACTITUDES NEGATIVAS:
pasotismo, orgullo, inseguridad, subjetivismo.
ACTITUDES POSITIVAS:
compromiso, flexibilidad, confianza, objetividad. 
El pasotismo es desentenderse de todo, es apatía y automarginación. Se puede combatir con objetivos similares a éstos: 

Formular preguntas que hagan pensar que ejerciten la capacidad crítica;  

Ayudar a descubrir ideales nobles, valores verdaderos: la amistad desinteresada, la preocupación por los pobres, etc.;  
Poner al hijo pasota ante buenos ejemplos (padres, profesores, amigos);  
Aprovechar el tiempo libre con actividades interesantes, formativas;
Fomentar la lectura de grandes personajes: héroes, santos, investigadores, exploradores, etc.;  
Procurar que reciba una buena orientación profesional.  
La persona insegura tiene miedo a pensar, a confiar en su propio juicio, a cometer errores, al qué dirán. La inseguridad puede superarse:  Promoviendo la autoestima.  
La persona orgullosa casi siempre cree tener razón. Sus expresiones suelen ser categóricas, de todo o nada. Donde las cosas son probablemente ciertas, el orgulloso afirma su verdad dogmáticamente. Le cuesta rectificar, aceptar otros puntos de vista. Es autosuficiente. ¿Cómo se le puede ayudar? Señalamos algunas sugerencias: 
Intentar que respalde sus afirmaciones con argumentos: « ¿Qué pruebas tienes?»; 
Procurar que examine varias opciones y vea las más razonables;  
Si utiliza el «todo», «nunca», «nadie», hacerle reflexionar: « ¿Estás completamente seguro?». «¿Y en aquel otro caso?»  
La persona subjetiva tiende a pensar las cosas desde la atalaya de su propio yo. Es una actitud emparentada en línea directa con el orgullo. Procedimientos que pueden ayudar a cambiar positivamente esa actitud, son:
Hacerle ver otros puntos de vista o alternativas;  
Habituarle a atenerse a los hechos, a contrastar las ideas con la realidad concreta;
Apoyar las ideas que considera «claras» con argumentos sólidos, con buenas razones.  

ACTITUDES POSITIVAS

Para avanzar en el arte de pensar, se requieren, al menos, estas cuatro actitudes positivas: 
Autoexigencia-compromiso. La persona autoexigente piensa y actúa por cuenta propia, no entra en lamentaciones estériles, sino que se esfuerza por transformar y humanizar el entorno. Es comprensiva con los demás y exigente con ella misma. Se marca objetivos concretos de mejora personal, tiene metas, ideales. Se interesa por los problemas de los demás, tiene una actitud abierta, se «complica» la vida comprometiéndose en tareas de servicio. 
Confianza en sí mismo. La persona segura se da cuenta de lo que puede y no puede hacer, conoce sus posibilidades y límites. Desarrolla conductas autónomas, afronta las situaciones y problemas con ánimo resuelto. Tiene fe en su esfuerzo personal, se abre a la comunicación con los demás. Es emprendedora, creativa, pone a prueba su; capacidades y habilidades. 
Flexibilidad intelectual. La persona flexible, receptiva, tiende a ser objetiva, sabe que no lo sabe todo, está abierta a razones, a nuevas verdades, a nuevas posibilidades. Sabe escuchar y comprender otros puntos de vista. No suele ser categórica en sus afirmaciones, matiza el alcance de sus propuestas. Fácilmente está presta a rectificar, si le hacen ver que está equivocada. Inicia procesos de colaboración, cooperación, quiere aprender a aprender.
Objetividad. Es la actitud de reconocer las cosas tal como son, sin componendas interesadas. Va unida a la humildad intelectual. No es lo mismo forzar las cosas ajustándolas a nuestros esquemas previos, que esforzarse en conocer la realidad en su puridad. La persona objetiva se abre al mundo circundante, el visible y el invisible, ensancha su interés por captar el ser íntimo de las cosas.

ACTITUD
La actitud es uno de los factores personales que influyen en el aprendizaje de una lengua. Consiste en la disposición psicológica del aprendiente ante los procesos de enseñanza-aprendizaje; afecta a muy diversos aspectos de estos procesos y experimenta variaciones a lo largo de su desarrollo. Otros factores personales estudiados en las investigaciones sobre aprendizaje de lenguas son la aptitud, la edad, el estilo cognitivo y la motivación. Mediante el uso de diversas técnicas es posible poner de manifiesto cuáles son las actitudes de los alumnos en un determinado momento; entre esas técnicas es frecuente el uso de cuestionarios, entrevistas personales y diarios de aprendizaje.

Aunque los factores personales resultan metodológicamente difíciles de medir, la investigación en adquisición de segundas lenguas ha intentado comprobar la correlación existente entre el desarrollo de actitudes positivas hacia los hablantes de la lengua meta por parte de los alumnos y su adquisición de la lengua. Según estos estudios, hay que tener en cuenta, entre otros factores, la influencia que sobre el alumno ejercen su entorno social y familiar, su origen étnico, su propia comunidad de habla, su lengua primera, el aula, y el contexto de aprendizaje.
En el ámbito de la enseñanza, la actitud del alumno ha sido siempre valorada como una condición importante para el aprendizaje. Un conjunto de enfoques (el humanístico, el comunicativo, el integral y el enfoque centrado en el alumno), sostiene la necesidad de integrar la variable afectiva, junto con la cognitiva, en el proceso de aprendizaje; para ello se propone la ejecución de actividades que contribuyan al desarrollo de actitudes positivas. Tales actividades se llevan a cabo en el marco de una interacción real y una comunicación significativa entre los alumnos, cuidando al mismo tiempo de mejorar la autoimagen, aumentar la confianza en sí mismo y promover el mutuo reconocimiento de la personalidad.
Por otro lado, los enfoques culturales han estudiado cómo el desarrollo de actitudes positivas hacia los hablantes de otras lenguas se ve favorecido por el conocimiento del entorno cultural. Desde estos enfoques se aboga por la inclusión de la interculturalidad, la competencia pluricultural y el plurilingüismo en el currículum, y se considera que ello permitirá desarrollar en los aprendientes una actitud crítica hacia la propia cultura, condición favorable a la ejercitación de la competencia intercultural en situaciones de comunicación intercultural.
En las prácticas del aula se puede contribuir de diversas maneras al desarrollo de actitudes positivas: por ejemplo, llevando a cabo un análisis de las necesidades de los alumnos y proponiéndoles la fijación de sus propios objetivos de aprendizaje; potenciando la dinámica de grupo y el aprendizaje en cooperación; utilizando materiales didácticos auténticos; integrando los conocimientos previos; primando la autonomía en el aprendizaje, etc.
Bibliografía básica
1.Arnold, J. (1999). La dimensión afectiva en el aprendizaje de idiomas. Madrid: Cambridge University Press; Colección Cambridge de didáctica de lenguas, 2000.

1.Williams, M. y Burden R. L. (1997). Psicología para profesores de idiomas. Enfoque del constructivismo social. Madrid: Cambridge University Press; Colección Cambridge de didáctica de lenguas, 1999.
Bibliografía especializada
1.Byram, M. y Fleming, M. (1998). Perspectivas interculturales en el aprendizaje de idiomas. Enfoques a través del teatro y la etnografía. Madrid: Cambridge University Press; Colección Cambridge de didáctica de lenguas, 2001.
2.Larsen-Freeman, D. y Michael H. L. (1992). Introducción al estudio de la adquisición de segundas lenguas. Madrid: Gredos, 1994.
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1 comentario:

  1. Aunque el tema es un poco extenso parece que copiaron el texto de una investigación y lo pegaron. El texto debe ser más atractivo para la lectura.
    Saludos
    Lic. Lilian

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