viernes, 7 de mayo de 2010

PERSONA Y PERSONALIDAD

« ¡No hay derecho!», solemos decir, a veces, cuando nos sentimos indignados por algo que nos ocurre y no «debería ser». ¿Por qué tenemos conciencia de una dignidad personal, sea cual sea nuestra situación exterior? Un primer paso para aprender a pensar, es: REFLEXIONAR SOBRE EL SER PERSONAL. 
¿Qué es el ser humano? Se ha dicho que es un enigma, un complejo y maravilloso microcosmos que nunca se acaba de comprender del todo. 
Realicemos un movimiento de aproximación. Pensemos. ¿Cómo es posible la ciencia y la tecnología, la cultura, la historia, el arte, el lenguaje, la moral, la religión, etc.? Parecen manifestaciones exclusivas del ser humano, reveladoras de una genuina espiritualidad. 
Con Pascal hay que decir que es una débil caña, mas una caña pensante. La inteligencia tiende a conocer, y la libre voluntad al bien. Ambas actúan a modo de ventanas que se abren hacia el infinito, y al mismo tiempo hacen entrever en el hombre, al menos parcialmente, un núcleo interior invisible. 

Diríase que la persona humana -hombre; mujer- se constituye como una original síntesis de materia y espíritu. Nada hay en el universo visible más perfecto y bello que el ser humano. Cada persona, cada hijo, es un ser único e irrepetible que se desarrolla en comunión con otros seres humanos. 

Qué acertado estaba Kant al afirmar que la persona no es un medio, sino un fin en sí misma. LA PERSONA NO ES ALGO, ES ALGUIEN. 
Se tiene conciencia de que la persona no es una cosa, no es algo, no puede ser tratada como mero instrumento o medio. La razón fundamental es ésta: cada persona tiene una dignidad, un valor en sí, es un ser corpóreo-espiritual que trasciende el mundo material. Cada criatura humana merece ser respetada y amada por sí misma. 
La personalidad es el proceso y el resultado de ir creciendo como personas. La personalidad concreta de cada ser humano se fragua en la interacción de varios elementos: la herencia, el medio ambiente y la libertad individual. 
El desarrollo total de la personalidad humana, abarcada las siguientes dimensiones: 
- Educación del cuerpo; 
- educación de la inteligencia; 
- educación de la voluntad; 
- educación de la convivencia; 
- educación de la sensibilidad; 
- educación moral, religiosa.
Ninguna de estas dimensiones se educa aisladamente. La persona es una totalidad, todo está armónicamente interrelacionado. Así, aunque se incida en algún aspecto (en este caso la inteligencia), mejora el hombre entero. Educar es ayudar a crecer como persona, es personalizar.  APRENDER A PENSAR ES SER MÁS PERSONA.

MODALIDADES DEL PENSAR
Tenemos una idea, al menos aproximada, sobre la persona humana. Pero, ¿qué es pensar? 
El lenguaje corriente, expresión sabia del pensar humano, nos servirá para maniobrar: - “Piénsatelo bien” (reflexión).- “¿Qué piensas de este asunto?” (Comprensión, saber). - “He pensado en ti todo el día” (acordarse). - “Piensa qué vas a hacer” (análisis, decisión). - “Piensa cómo te las vas a arreglar” (solución problemas). - “No es correcto lo que piensas” (coherencia lógica).  - “Los filósofos piensan” (ideas, abstracción).  - “Habrá que pensar algo distinto” (creatividad). - “Piensa en el mañana” (previsión). - “¿En qué piensas?” (Imaginación). 
Estas frases, entre otras, denotan que el pensamiento es un proceso intelectual complejo, difícil de abarcar en una definición. Las modalidades del pensar son múltiples, variadas: comprender, reflexionar, recordar, abstraer, juzgar, analizar, sintetizar, solucionar problemas, razonar, imaginar, intuir, crear, etc. 
Hay, además, diversos estilos de pensar: analítico, intuitivo, especulativo, práctico, metafórico, etc. 
Entre una situación (real o imaginaria) y el hacer (o no hacer) hay una especie de intervalo o momento, que es el pensar. En términos generales, PENSAR ES SABER A QUÉ ATENERSE.
La calidad del actuar, y a la postre del ser personal, viene determinada, en buena medida, por la calidad de esos momentos mediadores que son el pensar. A veces más rápidos que el relámpago; otras, la mayoría, fruto de un metódico y laborioso cavilar  
MOTIVAR PARA PENSAR
Más que enseñar a pensar, la función de los padres ha de consistir en motivar a los hijos para que quieran pensar. Poner a su alcance las condiciones óptimas para que quieran ejercitar su inteligencia. ¿Cómo hacerlo? 
Para motivar con eficacia se ha de partir de las necesidades e intereses del adolescente, concretadas en cada hijo en particular: 
- DESEO DE INDEPENDENCIA; 
- DESEO DE SEGURIDAD;
- DESEO DE ÉXITO Y ACEPTACIÓN; 
- DESEO DE EXPERIENCIAS; 
- DESEO DE COLABORAR. 
La independencia es la meta natural de la personalidad en desarrollo. La independencia intelectual supone pensar por cuenta propia; va unida a la autonomía de la voluntad. Por consiguiente, habrá que, PROCURAR QUE TU HIJO PIENSE, QUIERA Y ACTUE POR CUENTA PROPIA. 
Los padres que dan seguridad a sus hijos (sin caer en la sobreprotección) les motivan para vuelos cada vez más elevados, arriesgados. Es desde una base segura (económica, afectiva, volitiva) como se emiten juicios, se aventuran hipótesis, se afrontan problemas, se buscan alternativas imaginativas. 
Una familia estable y armónica es el puerto natural idóneo donde el hijo, desde la confianza, puede ir ejercitándose en desarrollar las propias capacidades, ponerse a prueba. 
LA SEGURIDAD FAVORECE EL PENSAR
De otro lado, el éxito favorece la autoestima, aumenta la seguridad, predispone para otros intentos. Habrá que ayudar a los hijos a que se marquen objetivos posibles, adecuados a sus fuerzas, ni demasiado llanos, ni excesivamente difíciles. De modo análogo, la aceptación del hijo, concretada en detalles diarios, es un estímulo a su seguridad, a la construcción de la propia imagen. Se requiere, por tanto, 
PONER LOS MEDIOS PARA QUE EL HIJO TENGA ÉXITOS PERSONALES
Motivar a pensar es, también, canalizar positivamente la exigencia y necesidad de experiencias, según la edad y madurez. Es decir, ofrecer ocasiones para explorar, conocer, pensar, en formas social y moralmente positivas. Por ejemplo, mediante: 
- Buenos libros; 
- películas o vídeos formativos; 
- programas de televisión seleccionados; 
- deportes;
- visitas culturales; 
- fiestas y bailes (en casa, con amigos...). 
Es cuestión de imaginación, de aprovechar los recursos de cada momento y lugar, de aplicar ideas conjuntamente con otros padres en circunstancias similares. En cualquier caso.

OFRECER AL HIJO UN AMPLIO ABANICO DE EXPERIENCIAS POSITIVAS, DE CALIDAD.
Los jóvenes tienen una marcada preocupación social, son muy sensibles al mundo que les rodea. Tienen deseos de participar en actividades altruistas, de luchar por un mundo justo y solidario. Los padres pueden orientar ese deseo de colaboración y participación a través de clubes, asociaciones de defensa de los derechos humanos, etc. Los campos de trabajo, los campamentos, el empleo temporal en una empresa, son otras actividades que ayudan a madurar, a servir. 

PENSAR EN ACTIVIDADES SOLIDARIAS, AL SERVICIO DE LOS DEMÁS
 
12. OBJETIVOS DE PLANES DE ACCIÓN
1.      Hacer un auto examen de las ACTITUDES PATERNAS en relación al desarrollo de los hijos, a partir de las siguientes cuestiones:
       ¿Dedico tiempo suficiente y atención prioritaria a la educación de los hijos, a ayudarles a pensar?;
     ¿tengo la preocupación de formarme como padre y pongo los medios para ello? ¿Sigo un plan de lecturas, cursos de orientación, etc.?; 
       La verdad, el bien, la belleza: ¿son valores situados por encima de los intereses materiales?; 
      ¿muestro ante los hijos una conducta natural y espontánea, no exenta de lucha por mejorar?; 
         ¿escucho con frecuencia a cada hijo, en un diálogo abierto, confiado? ¿Me esfuerzo en comprender sus puntos de vista, sus problemas e inquietudes?; 
         ¿conozco las aptitudes, personalidad e intereses de cada hijo, y exijo a cada uno de modo independiente?; 
         ¿procuro conocer el estilo concreto de pensar de cada hijo?; 
        ¿procuro aceptar a los hijos tal como son, aunque procure que mejoren?; 

         ¿concentro la acción educativa en motivar, elogiar, sugerir, ayudar, en hacer pensar?; 
         ¿acepto favorablemente las iniciativas, las ideas nuevas, la colaboración de los hijos en las tareas y problemas familiares? 
2.      Elaborar algunos CRITERIOS DE OBSERVACION para conocer a cada hijo, en aspectos relacionados con la educación de la inteligencia 
Aspectos a observar en casa  
¿Acostumbra a argumentar sus opiniones? 
¿se esfuerza en los estudios por comprender, más que memorizar? 
¿Cuáles son sus planes, sus ilusiones, sus metas? 
¿Manifiesta una sana capacidad crítica frente a los medios de comunicación? 
¿Se muestra interesado en preguntar, saber, investigar, buscar información? 
  ¿Es original en sus planteamientos? 
¿Sigue un método de estudio? 
¿Suele reflexionar antes de decidir sobre sus asuntos personales? 
¿Qué actitud adopta frente a los problemas, dificultades, obstáculos? 
Los resultados de estas observaciones serán ocasión para conversaciones de los padres con el hijo, a fin de dar la ayuda necesaria. 

3.      Orientaciones concretas para MOTIVAR a pensar 

DESEOS BÁSICOS. CÓMO MOTIVAR INDEPENDENCIA
-Dejarle pensar y hacer las cosas por sí mismo. 
- Alentarle para que vaya resolviendo los problemas por su cuenta. 

-Transformar la exigencia en autoexigencia: «Puedes llegar a donde quieras». 
-Conceder zonas progresivas de autonomía (tiempo, lugar, actividades, etc.). 
SEGURIDAD 
- Tener confianza en los hijos, con detalles palpables: «Estoy seguro de que eres capaz de hacerlo». 
-Alabarle las cosas bien hechas. 
-Valorar el esfuerzo más que los resultados. Por ejemplo, al comentar las notas. 
- Ayudar a valorar los juicios y razonamientos de los hijos. Tener en cuenta sus opiniones y sugerencias. 
- Ayudarle a culminar con éxito metas concretas: en los estudios, en tareas que se le encomienda, en trabajos específicos. 

ÉXITO, ACEPTACIÓN 
-Hacerle experimentar la satisfacción del deber cumplido, el trabajo bien hecho: «Te felicito por lo que has hecho». 
-Proponer objetivos valiosos y asequibles; dar los medios necesarios. 
-Palabras de elogio, algún premio material: «Noto que cada día lo haces mejor». 
-Darles ocasiones variadas de éxito personal, que se luzcan. 
-Escuchar, comprender, disculpar, rectificar: «Si te puedo ayudar en algo... ». 
EXPERIENCIAS 
Adelantarse en las experiencias: « ¿Qué te parece si fuéramos a...?». 
Ofrecer variadas y valiosas experiencias: libros, deportes, salidas, etc. 
 Permitir ciertos tropiezos, fracasos o dudas: ayudar a construir desde mejores fundamentos. 

Establecer o promover contactos o tertulias con personas de gran calidad intelectual o moral. 

BIBLIOGRAFIA

Toni Jiménez Guerrero. Enseñar a pensar. www.edicionespalabra.es

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